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Ocio y bebés…¿Incompatibles?

Parece ser que en cuanto tienes un hijo, todo tu tiempo libre queda clausurado, archivado en una caja blindada, asegurada con cadenas y candados, con un cartel en le que se puede leer…

Parece ser que en cuanto tienes un hijo, todo tu tiempo libre queda clausurado, archivado en una caja blindada, asegurada con cadenas y candados, con un cartel en le que se puede leer: “No volver a abrir hasta nuevo aviso”. Luego esa caja se guarda en un almacén secreto, una especie de Área 51 donde se acumulan cajas y cajas con tiempo que los padres no pueden gastar porque han de invertirlos en sus retoños. Y además, todo apunta a que no te devolverán tu caja hasta que haya pasado mucho, mucho tiempo. Puede que incluso pase tanto tiempo que acabes olvidando que, en algún momento, tenías tiempo libre para tu ocio.

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Visto así todo parece muy negro. Bueno, que no cunda el pánico. Vamos a hablarlo con tranquilidad y veréis como tampoco es para tanto. Yo soy padre de un bebé de un año y, ¿sabéis que?, por increíble que parezca saco tiempo para mis aficiones, por lo tanto es posible. ¿El secreto? Mucha organización.
Desde mi adolescencia he ido acumulando aficiones a las que me entregaba con pasión en mi tiempo de ocio: la lectura, la escritura, mi afición a la magia, al dibujo, a la bicicleta, a tocar el piano, el ukelele, leer revistas de cine… Y por supuestos están las básicas y más comunes: quedar con amigos, salir de copas, ir al cine, al teatro…Algunas de estás aficiones las compartía con mi mujer, otras eran para mí solo, y todo parecía perfectamente armonizado.

Por fin nace el bebé. ¿Qué ocurre entonces con tu tiempo libre, tu ocio y tus aficiones? ¡Ni lo intentéis! Así de claro. Olvidaos de todo eso, no existe. Está en la caja asegurada con cadenas, ¿recordáis? Los primeros tres o cuatro meses de un bebé recién nacido requieren dedicación absoluta para el peque, por parte de ambos. Todo el tiempo se consume con los pañales, tomas de biberones, visitas al pediatra, atender a las visitas, buscar información sobre qué hacer ante cada situación nueva que se plantea, tratar de tener la casa lo más decente posible… Además, los padres nos reincorporamos al trabajo tan solo quince días después del nacimiento, por lo que ya puedes ir despidiéndote de una buena porción de tiempo. Y eso no quiere decir que las mamás dispongan de más tiempo, al contrario, se cargan ellas solas todo el trabajo del bebé, y encima sin la ayuda del papá.
Después de todo esto, solo nos queda una pequeñísima porción de tiempo para dedicarte a ti mismo y a la pareja. ¿Qué hacer con este tiempo en los primeros cuatro meses? Nosotros lo tuvimos claro: dormir, todo lo que pudiéramos. Y es un consejo que todos deberíais seguir al pie de la letra si queréis sobrevivir de una manera más o menos digna a los primeros cuatro meses.

En nuestro caso, (y en el de otras parejas de nuestro entorno), todo se fue calmando un poco a partir del quinto o sexto mes. Nos fuimos marcando una organización, empezamos a estar más relajados, y descubrimos que había unas horas al día que, bien usadas, podían servir para retomar tus aficiones.
Organización y aprovechamiento del tiempo. No queda otra. Pero ojo, esto no es fácil. Lo primero es llegar a un acuerdo con la pareja con respecto a esto, ya que ambos tenemos las mismas ganas de retomar nuestro tiempo libre. Con mucha organización se puede, creedme. Eso sí, tendréis que estar dispuestos a ciertos sacrificios. Una siesta en verano puede ser de lo más tentadora, pero si sabes que tu peque va a dormir durante un par de horas, puede que sea un buen momento para seguir leyendo ese libro que te tiene tan enganchado, o practicar algún nuevo truco de magia. Quitar alguna que otra hora al sueño es una buena manera de retomar tus aficiones. Pero con consideración, que también hay que estar descansado.
No hay que tener las expectativas muy altas. Tendrás que olvidarte de esas largas sesiones de lectura de dos o tres horas, pero… ¡Eh! Si puedes hacerlo durante una hora, o acostumbrarte a leer en tramos cortos, pues algo es algo.

He oído a muchos padres decir que no han vuelto a contar con tiempo libre hasta que sus hijos han tenido al menos diez años. Supongo que eso dependerá del niño en sí, pero yo lo veo exagerado. Supongo que con dos será mucho más difícil, en este aspecto no tengo experiencia.
Organización y aprovechamiento del tiempo. Es importante sacar tiempo para uno mismo de vez en cuando, y esforzándonos un poco se puede. Quizá no haya que esperar tanto para quitar las cadenas y los candados de la caja.

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